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jueves, 2 de diciembre de 2010

La niñez es efímera para todos nosotros.

Como todos sabemos, la niñez es efímera. Pasa irremediablemente y lo hace tan rápido que ni nos damos cuenta. Cuando somos pequeños lo único que queremos es ser mayores, crecer... en definitiva, dejar de ser pequeños.




Pero cuando todo esto pasa, nos encontramos con la adolescencia, la madurez o la vejez queremos volver a cuando éramos pequeños, que nada nos preocupaba, o lo mucho que podía preocuparnos era no ver los dibujos de las 18:00, perder una barbie o que no nos quisiesen cambiar una pegatina repetida, por ejemplo. ¡Nunca nos conformamos con lo que tenemos!
Pero es que ser pequeño es mucho mas fácil. Todas tus problemas o preocupaciones los arreglaban nuestros padres. Si alguna vez nos sentiamos tristes, ahí estaban nuestros padres. En cualquier situación frustrante que podiamos tener, los teniamos a ellos.



¡Para qué nos vamos a engañar! ¡Llorábamos mucho! pero no teniamos ninguna preocupación.
Cuando uno crece, se empieza a encontrar con la cruda realidad. Ya no estan tus padres para cuidarte o sacarte de apuros. Esto sucede cuando ya eres mayor y te sacas la carrera, te independizas, etc.


Pero, ¿qué pasa en la adolescencia?

Es la etapa mas extraña de la vida, podria decirse. Dicen que es muy complicado entender a los adolescentes y que nunca hay que darles explicaciones porque todo lo cuestionan. En mi opinión, es en la adolescencia cuando empezamos a afrontarnos a la vida, cuando empezamos a verle la otra cara, por eso los adolescentes reaccionamos de esa manera tan "extraña" para unos, ¡pero que ellos también han vivido!
Por una parte me gusta la adolescencia, porque le buscas el sentido a todo, vives a tope con tus amigos y ¡disfrutas de la edad en la que todavia se pueden hacer muchas cosas! pero por otro lado a veces preferiria seguir siendo una niña.




Dicen que la adolescencia es la flor de la vida, pero yo vivo mejor en el pais de nunca jamás.





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